Con esta meditación en movimiento aprendemos a danzar al ritmo de la respiración

Sara Mattana, profesora de yoga en las especialidades de Asthanga Vinyasa y Yin yoga, lleva más de 20 años dedicándose a la práctica del yoga. Y fue en Fuerteventura, con la maestra Annie Rosas, con quien congenió muy bien en la práctica de ese estilo de yoga que estaba buscando: Asthanga Vinyasa o yoga dinámico. Y siguió perfeccionando usus conocimientos y técnicas a lo largto de este tiempo.
La práctica regular del yoga beneficia el cuerpo y el alma, fortalece la columna vertebral, mejora el sistema inmunitario y aporta equilibrio emocional y bienestar físico a nuestra vida. En concreto, el Asthanga Vinyasa yoga «nos invita a habitar nuestro cuerpo en el ahora, lo que nos depara un estilo de vida más equilibrado y mayor autoconfianza», explica Sara Mattana. “Es una herramienta que todo el mundo puede practicar para una mayor apertura mental y de corazón” asegura, aunque “cada profesor le imprimimos nuestra propia esencia. Con esta meditación en movimiento aprendemos a danzar al ritmo de la respiración”.
El yoga se viene practicando en Oriente desde hace más de 5.000 años, y en nuestro mundo occidental es a partir de los años 60’ del siglo pasado cuando esta forma de vida empieza a calar más por Occidente. Así, del hatha yoga tradicional de la India han surgido distintas corrientes en yoga como son el asthanga vinyasa, iyengar, kundalini o yin yoga.
En la práctica del yoga, la respiración es una de las claves para disfrutar de unabuena experiencia. Aprender a inhalar y exhalar nos ayuda a regular el estado mental, a calmar el estrés, controlar las emociones y a concentrarnos. La respiración nos da serenidad, calma, aporta bienestar y salud y nos prepara para superar situaciones de estrés.

